¿Existe un aroma más evocador que el del pavo asándose lentamente, el dulce de batata horneándose y las especias del pastel de calabaza? Cuando se acerca el cuarto jueves de noviembre, abrimos la puerta a una ola de Acción de Gracias que nos inunda de calidez. Esta cena no es simplemente una comida abundante, es un ancla a nuestras tradiciones, un nudo que une las generaciones y un recordatorio comestible de que, a pesar del paso del tiempo, hay lazos que nunca se rompen.

Te invitamos a un viaje nostálgico para descubrir el verdadero significado del banquete que reúne a nuestros seres más queridos alrededor de una mesa compartida.

El significado auténtico tras el festín

La tradición de la cena de Acción de Gracias (Thanksgiving) tiene raíces profundas y, a menudo, romantizadas. Su origen se remonta al otoño de 1621 en Plymouth, Massachusetts. Los colonos peregrinos, recién llegados en barco y habiendo sobrevivido a un invierno brutal gracias a la ayuda de la tribu nativa Wampanoag, celebraron una cosecha exitosa con un festín conjunto que duró tres días.

Cena Día de Acción de Gracias

Descubre con nosotros el verdadero significado de la cena de Acción de Gracias

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Banquete histórico: Recetas de 1621 vs. el menú actual

Contrario a las imágenes populares de un pavo perfectamente horneado con relleno de pan, el menú de ese primer evento distaba mucho del actual. La gastronomía del festín de 1621 fue una fusión de lo que los Wampanoag podían ofrecer y lo que los colonos habían logrado cosechar o cazar.

  • Pavo y otras aves: Aunque se sabe que el pavo silvestre formaba parte de la comida, es muy probable que también se consumieran patos y gansos. Estas aves no habrían sido asadas como las conocemos hoy, sino más bien hervidas o asadas a fuego abierto sobre un espetón, sazonadas de forma sencilla.

  • Mariscos y pescado: Los peregrinos y los Wampanoag estaban cerca de la costa, por lo que el pescado y los mariscos eran una fuente de alimento vital. El primer banquete incluyó abundantemente bacalao, lubina y, especialmente, ostras y almejas, que se podían cocinar directamente sobre el fuego o en sopas espesas.

  • El maíz ancestral (Mázatl): El maíz, un regalo de la tierra y del conocimiento Wampanoag, no se sirvió como pan de maíz dulce. Se consumía principalmente como Nasaump (un tipo de gachas o porridge de maíz hervido), que podía ser dulce o salado.

  • Calabazas, no pastel de calabaza: Si bien las calabazas estaban disponibles, no había azúcar, mantequilla ni hornos para hacer un pastel hojaldrado. Las calabazas probablemente se servían hervidas o asadas y se utilizaban para espesar guisos o sopas.

  • Sin patatas, ni salsa de arándanos: Las patatas aún no eran un alimento común en Norteamérica, y aunque los arándanos eran nativos, la salsa de arándanos (cranberry sauce) requiere grandes cantidades de azúcar, un lujo inexistente en 1621.

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día de acción de gracias

El Día de Acción de Gracias es una celebración para reunir a toda la familia y disfrutar de su compañia.

El banquete de la unidad

El concepto moderno de Acción de Gracias como feriado nacional fue impulsado por la escritora y editora Sarah Josepha Hale. Finalmente, en 1863, en medio de la Guerra Civil, el presidente Abraham Lincoln proclamó el día como fiesta nacional, buscando unir a un país fracturado a través de una tradición de gratitud.

Hoy, la cena simboliza la gratitud por las bendiciones del año, pero su significado más potente reside en la reunión. La mesa de Acción de Gracias se convierte en el centro del universo familiar: ese lugar donde se sientan tíos, primos, abuelos y amigos cercanos. Es el momento de desempolvar las recetas de la abuela, donde cada plato –el relleno (stuffing), la salsa de arándanos (cranberry sauce) y, por supuesto, el majestuoso pavo– lleva consigo una historia y un pedazo de herencia familiar, convirtiendo un simple acto de comer en una profunda celebración de pertenencia y afecto que trasciende el tiempo, desde 1621 hasta nuestros días.

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